Es de noche en San Pablo. Un hombre musculoso y alto -muy musculoso y muy alto- camina lentamente por las calles pedregosas, con el ingenio a sus espaldas. De repente, la luz de una moto que circula de frente le nubla la vista. Se viene encima de él, le aturde las pupilas. Frena bruscamente a su lado. El único ocupante del vehículo lo increpa sorprendido: "¿vos acá? ¿Qué haces vos acá? ¡Qué haces acá!". El hombre alto y musculoso no es otro que el actor Luciano Cáceres, que durante dos semanas hará de Tucumán su casa. Aquí filma parte de la película "Gato negro" junto con un equipo de 50 personas, cuya llegada ya altera -en un sentido positivo- la rutina de pueblos como San Pablo, La Florida y Villa de Medinas.
Cáceres encarna a Tito, un personaje cuya personalidad ultraambiciosa y teñida de distintos matices define la película. Tito nace y se cría en Tucumán, pero sus objetivos -y algunos aspectos de su vida personal, como el abandono de su padre- lo convertirán en un hombre de mundo, con mucha fuerza para lograr sus cometidos, pero también con un costado autodestructivo. "Meses antes de filmar le pedí a Gastón Gallo -autor y director de la película- venir a la provincia para conocer los lugares en los cuales rodaríamos. Por ejemplo, yo no sabía qué era un ingenio ni cómo los pueblos se formaban en torno de los ingenios. Eso me hizo leer el guión de otra manera. Otra cosa que me llamó mucho la atención es la altura de las cañas de azúcar: al verlas tan altas, pensé que para Tito el horizonte empezaba a dos metros y medio del suelo y esto probablemente podría determinar su codicia", precisó.
El monte y el familiar
Gallo, que en "Gato negro" tiene a su ópera prima, ha estado empapado desde siempre de la importancia de la industria azucarera local, así como de otros detalles de la vida tucumana. Sucede que gran parte de su familia paterna es oriunda de estas tierras y, aunque él nunca vivió aquí, conoce a través del relato de sus abuelos, tíos y primos la historia, la idiosincrasia y hasta las leyendas autóctonas. De hecho, no es fortuito que haya elegido nuestra provincia para filmar (las otras dos locaciones son Buenos Aires y Mar del Plata). "Se podría decir que generé una ficción a partir de universos reales, cercanos a mí", reconoció.
El director agregó que las escenas filmadas en nuestra provincia transcurren en 1956, durante la infancia de Tito, y que se han usado los exteriores de los ingenios de San Pablo y de La Florida, entre otros paisajes. "Como esos pueblos tienen una estructura urbanizada que obviamente no se corresponde con la de hace 50 años atrás, haremos algunas escenas en Medinas, donde es más posible ese viaje en el tiempo. También hay grabaciones en el monte", explicó Gallo.
"Cuando conocí el monte tucumano, entendí lo protagonista que es la naturaleza en la vida de la gente -agregó Cáceres-. También me impresionó escuchar lo del perro familiar; esa leyenda y la de La Salamanca estarán presentes en la película. Me gusta viajar y trabajar, concentrarme en la película. Esta es la primera vez que interpreto a un protagonista con raíces en el interior".
Gallo comentó que de la película participarán algunos actores tucumanos, surgidos de un casting que se hizo hace un par de semanas. "Uno de ellos es "Golo" Saifan, que no sólo tendrá a su cargo un pequeño papel sino que también nos asistió en cuanto a la forma de hablar, para marcar el tono local", concluyó Gallo. En dos semanas, tras tanta convivencia, quizás ya el acento les surja de forma natural.
Gastón Gallo
Ni blanco ni negro
Gastón Gallo (en la foto, hablando con Cáceres) contó algunas de sus motivaciones al escribir "Gato negro". En primer lugar, señaló, Tito es el instrumento para transmitir que el ser humano no es blanco o negro, sino que está lleno de matices. "Quiero plasmar una obra artística que alumbre la bondad de los malos. No hay una regla matemática para evaluar a los hombres: hay muchos personajes con los que a veces no estamos de acuerdo, pero que en otro momento nos generan empatía -explicó-. También, a partir de la historia del hermano de Tito (interpretado por Roberto Vallejos), me interesa demostrar cómo dos personas criadas en un mismo lugar pueden ser tan diferentes".